La evaluación supone un proceso de cambio con una intencionalidad
o finalidad. En Educación Física el movimiento se ha considerado un
atributo del cuerpo y debe entenderse como el resultado de la relación
existente entre la motricidad y el psiquismo. Por la intervención de la
psique el movimiento se convierte en gesto, en conducta, es decir en
portador de intencionalidad, de significación.
Entendemos, por tanto, la Educación Física
como la educación del cuerpo a través del movimiento. Las conductas
motrices contribuyen al desarrollo físico, intelectual, afectivo, social
y motor de los niños.
La actividad física ha de convertirse en una
conducta motriz, en una ejercitación consciente e integral de sí mismo
que se manifiesta en forma de comportamientos motrices observables de
modo que nos permita evaluar el desarrollo global de la persona.
Entre las áreas del currículo la Educación
Física posiblemente sea la que permite el desarrollo de mayor número de
los objetivos generales de la Educación Primaria. Por tanto en nuestra
evaluación deberemos utilizar los medios e instrumentos que nos
posibiliten comprobar los progresos alcanzados en todos los ámbitos del
desarrollo integral el alumno.
La evaluación debe ser entendida como una
práctica reflexiva que nos permita comprender mejor lo que sucede en el
escenario educativo. También nos ha de permitir investigar sobre nuestra
propia práctica. Por tanto la evaluación nos debe servir para acumular
el mayor numero de información sobre un alumno y sobre todos los
aspectos que determinan el proceso de aprendizaje.
En Educación Física la evaluación posee una serie de peculiaridades que se han de tener en cuenta:
- El carácter lúdico que la actividad físico-deportiva posee hace que los objetivos que se plateen sean de satisfacción personal. Generar actitudes positivas y duraderas es una meta a largo plazo, luego no debemos obsesionarnos con objetivos inmediatos.
- La estrecha relación entre motricidad y desarrollo evolutivo desvirtúa los éxitos conseguidos por el profesorado.
- Las condiciones en que se desarrolla el área: número de alumnos, tiempo disponible, necesidad de instrumentos o condiciones específicas y la imposibilidad de evaluar de forma masiva pueden restar eficacia a la evaluación. Por tanto es necesario abordar estas condiciones con criterios realistas, debemos seleccionar instrumentos que por su economía, facilidad de aplicación, fluidez en la organización y calidad de la información recogida alteren menos el ritmo de clase.
- Ha de compaginar las apreciaciones subjetivas con las objetivas, tanto unas como otras pueden alterar la información. Los objetivos actitudinales pueden perderse en la subjetividad y la práctica exclusiva de pruebas objetivas reduce el progreso del alumno frente a la norma.
- La ausencia de un contenido estable definido y uniforme hace que se imparta sustancialmente de forma diferente según las circunstancias del entorno.
2. El proceso evaluativo
Si entendemos la evaluación dentro de un
marco de ayuda o mejora del proceso de enseñanza, debemos concretar qué
aspectos nos van a ser útiles:
- El rendimiento del alumno: se trata de que el niño reconozca sus capacidades y habilidades y su desarrollo con respecto a sí mismo y a los demás.
- Diagnosticar: el conocimiento del nivel inicial del alumno es clave para describir su progreso o desarrollo. Deberemos prever diagnósticos genéricos a principio de un curso y específicos al inicio de una unidad didáctica.
- Valorar la eficacia del sistema de enseñanza: lo cual implica que se han de evaluar todas las fases de la acción didáctica.
- Pronosticar las posibilidades reales de los alumnos: aspecto muy importante si no se quieren planificar objetivos difíciles de lograr o bien tender a comparar el logro de un niño con los otros.
- Corregir y motivar a los alumnos: cuando un niño es informado sobre sus logros y sus errores siente que el profesor está atento a la marcha de su trabajo. La corrección constructiva es el elemento de evaluación inmediata más potente que poseemos. La alabanza mesurada constituye un elemento muy motivador para el niño.
- Agrupamientos: la gran variedad de tipos de agrupamientos que se generan con las actividades que realizamos con nuestros alumnos nos permiten múltiples situaciones convivenciales que deben ser observadas y evaluadas.
- La calificación: su objeto es el informar a los padres y a los alumnos sobre el proceso de aprendizaje. Si bien en el boletín que se entrega a los padres suelen aparecer expresiones concretas, en él se han de dar al menos la información de todos los aspectos evaluados y que dé pie para que en una labor de tutoría el profesor pueda posteriormente completar dicha información.
- Los alumnos deben participar en la evaluación: de forma que se sientan partícipes de su propio proceso de enseñanza y le permita adquirir una actitud crítica y responsable. Aprovechamos este momento para desarrollar una capacidad más, porque la evaluación constituye otra situación de aprendizaje y no un elemento estanco dentro de nuestras programaciones.
- La evaluación ha de ser continua: consiste en una atención continuada a todas las manifestaciones de los alumnos, que nos sirva para comprobar y mejorar la acción educativa. Se parte de una situación inicial y se pretende conseguir cambios en la conducta del alumno. Pero a estos cambios no se llega de forma inmediata, sino por etapas, Cada etapa presenta unos objetivos concretos y el logro de estos condiciona los objetivos finales.
3. Instrumentos de evaluación
En Educación Física se habla de dos grandes
tipos de valoración: objetiva y subjetiva; y de dos técnicas de
valoración o medición: cuantitativas y cualitativas.
Dada la diversidad de actividades que tienen
cabida en el currículo de la Educación Física no es imprescindible la
utilización de ambos tipos
.
Siguiendo las bases de la evaluación
continua, el seguimiento de los alumnos se llevará a cabo registrando la
información en una ficha para toda la etapa de enseñanza primaria. En
ella aparecerán informaciones referentes a:
- Datos de escolarización.
- Observaciones médicas.
- Evolución antropométrica.
- Desarrollo de habilidades y destrezas motoras
- Desarrollo de hábitos y actitudes psicoafectivas y sociales
- Resumen de las evaluaciones realizadas
- Asistencia
- Registro de incidentes y sucesos a lo largo de la escolaridad
- Registro de las acciones tutoriales realizadas tanto con el alumno como con los padres.
A continuación veamos como se valorarán y qué instrumentos se utilizarán para cada uno de los ámbitos que se han de evaluar:
Ámbito motor
- Estructuras: sabemos que el correcto funcionamiento de las estructuras es decisivo en cualquier manifestación motriz. En este sentido anualmente procederemos a medir y pesar a los alumnos con el fin de constatar una evolución normal. Para ello es interesante dentro de nuestra labor investigadora que tracemos un gráfico por edades y sexos de los datos recogidos. De igual modo comparando las sucesivas generaciones de alumnos que vamos teniendo podremos obtener un perfil evolutivo. Si bien las tablas pediátricas son interesantes, no lo es menos cuando a los padres se le informa comparando a sus hijos con los de su entorno, Pero más importante que saber si el niño es alto o bajo, lo que nos importa es informar a los padres si va creciendo los centímetros que ha de crecer y si la relación con el peso es adecuada o no.
- Cualidades físicas: se realizará una valoración cualitativa en base al análisis desde dos perspectivas:
* progreso del alumno respecto a sí mismo
* progreso del alumno respecto al grupo
* progreso del alumno respecto al grupo
No debemos caer en la tentación de realizar
una evaluación centrada exclusivamente en este ámbito utilizando los
típicos tests con criterios de medición cuantitativa y normativa.
Muchos profesores los utilizan con el ánimo de darle una valoración
objetiva al área. Con ello se pierde el control del desarrollo
individual de cada alumno, además de ser un instrumento de poca
fiabilidad. Con dos o tres sesiones semanales, y con las circunstancias
que pueden incurrir a la hora de la medición: climatológicas, estado de
ánimo, enfermedad, argucias de los alumnos para mejorar su nota,
realización de más o menos actividad física fuera del horario escolar… y
sobre todo que la mejora viene generalmente más producto del desarrollo
madurativo que de la intervención docente.
- Habilidades motrices: se han de evaluar tanto el nivel de habilidad como el grado de aplicación a situaciones reales de juego. La observación y su registro en listas de control es el mejor instrumento de evaluación. Es conveniente secuenciar de forma sistemática la calidad y precisión de cada una de las habilidades para poder tener una información certera del nivel de capacidad de cada alumno y registrar los avances de cada uno.
Ámbito afectivo- social
No cabe duda que éste es el ámbito más
difícil de valorar de forma sistemática, y generalmente se deja a la
apreciación subjetiva del docente. Si hemos considerado que a través de
la Educación Física se generan múltiples situaciones de aprendizaje y
por la propia especificidad del área se pueden observar gran cantidad de
actitudes en los alumnos, en referencia a sí mismo y en su relación
con los demás, no podemos desaprovechar la oportunidad de intervenir
actuando y registrándolas. Para ello sería conveniente elaborar listas
de control para llevar un seguimiento de actitudes y hábitos. Tan
importante o más es que el alumno sepa qué actitudes van a ser valoradas
y ellos mismos participen en el registro, de manera que tomen
conciencia de su importancia, que el seguimiento sistemático en si. En
este sentido en el marco escolar y en el desarrollo de nuestra área
estas podrían ser las actitudes a valorar:
- Respeto de las reglas
- Deportividad: saber ganar y perder
- Aseo personal tras la actividad física
- Juega con niños del otro sexo
- Esfuerzo personal
- Respeto a los compañeros
- Interrupciones de clase
- Respeto del material e instalaciones
- Realización de actividad física convenientemente equipado
- Seguridad y confianza en sí mismo
- Espontaneidad
- Valoración del trabajo bien realizado
- Actitud crítica
- Etc.
Ámbito cognitivo
En éste ámbito lo que podemos ponderar son aspectos referentes a:
- Conocimientos generales que se derivan del marco teórico del área. La Educación Física es movimiento y a través de él se desarrollan todos los aspectos de la formación integral del alumno, pero soy conciente de que hay muchos Centros que carecen de instalaciones cubiertas para cuando el clima es desfavorable. En estos casos se pueden tratar temas relacionados con la salud o el deporte. Para ello se pueden utilizar pruebas objetivas de forma ocasional, o la realización de trabajos de investigación.
- La observación de la conducta motriz del niño, o sea del ejercicio consciente de un movimiento inteligente, en cuanto percibe, toma una decisión y la ejecuta, Se podrá observar fundamentalmente a través del juego.
- El desarrollo creativo y estético manifestado a través de la expresión corporal. Atendiendo la originalidad, la fluidez, la flexibilidad y la estética de sus conductas derivadas de la relación cuerpo y movimiento como medio de expresión. Observaremos conductas previamente fijadas.
4. Evaluación del proceso
Generalmente los docentes tendemos sólo a
evaluar a los niños, achacándoles los fracasos a ellos y poniéndonos
medallas con sus éxitos. Pero realmente para el proceso de
enseñanza-aprendizaje intervienen diversos factores que se han de
evaluar de igual modo. La administración educativa suele realizar
evaluaciones globales de forma esporádica, a los profesores no suelen
agradarle ni los resultados suelen mejorar la práctica educativa. Por
tanto debemos ser nosotros mismos quienes en un ejercicio de
autoanálisis pongamos en tela de juicio nuestra labor personal y la de
nuestro Centro Educativo.
A los alumnos como protagonistas de este
proceso hay que darle participación. ¿Tan difícil es asumir nuestra
responsabilidad? Con nuestras virtudes y defectos debemos afrontar la
opinión de los niños. Posiblemente realizar cambios drásticos sea
complicado, pero si nos lleva a mejorar algo nuestra práctica iremos
avanzando y ellos valorarán nuestro esfuerzo. Con sencillos
cuestionarios podremos conocer que piensan nuestros alumnos de nosotros,
de nuestra forma de ser y de impartir las clases, de los juegos o
deportes que utilizamos, de cuales son sus intereses, de qué aspectos
debemos mejorar.
Llevando un diario de clase podremos analizar
al final del curso, cuantas sesiones hemos realizado, las que no se han
dado por cuestiones imprevistas, que grado de aceptación o de
intensidad han tenido cada una de las sesiones, en definitiva nos sirve
para realizar una memoria que nos sirva para readaptar nuestra
programación al año siguiente. En la búsqueda de la mejora estará el
perfeccionamiento del proceso de aprendizaje.
5. La recuperación
Se entiende como un proceso que consta de
varias vías, en función de la atención que se deba dar, de forma
particular, a cada niño o grupo dependiendo de sus carencias o
dificultades:
- Si el error puede subsanarse en la propia dinámica de la clase, se debe realizar de forma inmediata (retroalimentación)
- Cuando la deficiencia es mayor como consecuencia de un retraso madurativo leve, no hemos de preocuparnos en exceso porque disponemos de varios años para el logro de los objetivos. Recordemos que nuestras metas son a largo plazo.
- En caso de retrasos motores moderados o severos, alumnos con necesidades educativas especiales, se deberán tomar medidas concretas para que alcancen el máximo desarrollo dentro de sus posibilidades. Para ello además de las sesiones con el resto de los compañeros se deberían realizar otras de apoyo individualizadas. La motricidad es tan necesaria para un niño con necesidades educativas especiales como el leer y escribir. Si para éstos aprendizajes existen apoyos en nuestros Centros, por qué no en Educación Física.
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